Tachar donde dice Beatriz
Eugenio Castillo
Primera edición, 2014
Tachar donde dice Beatriz debe ser leído de un soplido
mientras se recuerda a alguien querido;
la vida misma es un soplido, Castillo lo sabe
y lo escribe, lo memoriza, lo sueña, lo afiebra.
La Beatriz, obsesión de Dante
reemplazada por Constanza,
en el ejercicio expresivo y humano para quedar en paz
con la vida, con la muerte, con la madre.
La obsesión del muerto es la vida,
la del vivo será entonces el deseo vehemente de querer morir tranquilo y sin preguntas,
cosa que bien resuelve el arte, la poesía, la escritura y Eugenio, en este libro.
Carta de un suicida
Yo caeré, yo me enterraré, haré al agudo brazo de Dios posible.
El brazo de Dios es una larga uña. Los que quise se han muerto.
Si en vez de morir hubiesen enloquecido, no sería un loco yo,
no dejaría que me olieran el cuerpo. El sol no es el sol, es la
luna; que nadie me escuche. La hierba bajo mis pies no sufre al
ser pisada, pero yo la escucho decir: no me pises. No hay más
grito que el del nacimiento. Sufro, me quiero matar, pero no
hay más grito que el del nacimiento. Matarse, desear la muerte
y la muerte; quisiera tenerlo todo. Para que no quepan dudas,
yo mentiré. Para que me dejen solo, yo rezaré. Le haré todo tan
difícil al ángel… Me rasparé la carne de los dedos y dejaré que
bajen los anillos. Culpo al astronauta, me mato por el amor de
una niña que vive plácida en el vientre materno. Me mato para
que no me confunda. Culpo a todo quien lo pueda resistir. Lloro,
por supuesto que lo hago, pero vierto mi llanto en un vaso para
demostrarme no haber llorado tanto.
¿Por qué me dejaron tantas veces solo con los cadáveres?, ¿no
ven que ahora los conozco, que me los sé de memoria?
Esta vida no es para mí más que una buena razón, y yo ya no
me quiero defender. No hay Cristo que venga solo, que deje
empeñada su gloria, no hay Cristo que callando pierda en el
gesto. ¿Tanto terror siento?, ¿tanto pánico a lo distinto? Esta
noche me besaré, me tocaré donde nunca antes me he tocado.
Así quiero que empiece mi muerte.